jueves, 15 de septiembre de 2016

Recuerdos en los colores




Allí estaba yo. aprendiendo a hacer un círculo cromático en el peor día de mi vida. ¿Era yo o todos los colores para mi eran como el negro? Tan falto de vida, tan insulso, tan,tan yo.

Pero aprendí que no, que los colores eran esencias. Esencias de recuerdos, de personas, de vida.
Y aquí y ahora lo puedo comprobar.

Porque el azul del cielo, del mar, me recordaban a tus furtivas lágrimas, que derramabas con te sentías tan débil ante toda aquella presión. Esas lágrimas azul cristalino que se escurrían por tus mejillas inocentes y faltas de amor y besos. Aquellas lágrimas azul marino, que se resbalaban por tu rostro entristecido cada noche mirando las estrellas. Unas lágrimas añiles mostrando el reflejo en una espejo que mostraba una imagen falsa, de una sonrisa falsa, de un cuerpo magullado por ti misma. Porque el azul eras tú, el azul es tu recuerdo de tristeza.

Si rojo, oh rojo.  Que atardecer tan bonitos nos regalas. Que color tan hermoso. El rojo era tu sangre en aquel cúter. Era tu sangre derramada en tus brazos, por tu daño causado. Eran aquellos días escondiendo cicatrices bajo mangas largas negras. El rojo de tus labios, ocultando una sonrisa de la que no te sentías orgullosa. Era aquella falsa estima. El rojo es toda la ira guardada tanto tiempo, para que nadie juzgara. Es el color de tus melodías favoritas, las que componías al piano olvidando por un momento al mundo, aquellos momentos en los que te sentías tan viva como las demás.
Porque el rojo eras tú, el rojo es tu recuerdo de dolor.

Amarillo ¡Qué vivo! pero en ti era la amargura, los días que usabas ese subrayador amarillo para intentar decorar tus brazos y esconder el sufrimiento, Aquellos rotuladores que te quitaban en clase para que no usases tu color favorito. Aquel tinte que te diste para cambiar de imagen, y de personalidad. Pero no funcionó rubia fuiste y tonta te llamaron. Aquel esmalte del que todo se burlaban, Porque era tu color favorito  pero te dejaste llevar por las opiniones ajenas. Creíste en la mala suerte, pero no fue suficiente, para que ella se alejase de ti.
Porque el amarillo eras tú, el amarillo es tu recuerdo de amargura.

Rosa, ¿cuánto lo odiabas? Te lo obligaban a poner solo por el hecho de ser chica. ¿cuánto te negabas? No te sentías femenina, te sentías estúpida, insignificante, una marioneta más.  Aquellas faldas cortas con las que te decían que ibas provocando. El rosa de tu infancia, que tan atrás se quedó, tanta diferencia, tantos cambios que ni te reconoces. Ansías volver atrás solo por aquel rosa que cubría con un manto de mentira, que hacía que nada doliese, y hoy, sí hoy ya no hay dolor. No puede haberlo.
Porque el rosa eras tú, el rosa es tu recuerdo de mentiras.


Verde, verde verde, esperanza. Eres como eres y así te acepté yo. Porque empecé a tener esperanza. Esperanza en mis manos dispuestas a crecer. En mis lágrimas guardadas en el baúl de los recuerdos. Esperanza en mis pies dispuestos a recorrer el mundo por encontrar un rumbo, un lugar para mi. Esperanza en ver de nuevo la vida, en sentir unas manos cálidas recorriendo mi espalda. Esperanza al abrir mi corazón y que nadie lo rompa de nuevo. Esperanza en que nadie me dañe más, que se preocupen en cicatrizar heridas, todo para al final, tener esperanza en el césped que hoy hay encima de mi, espero que él enseñe, a no ser como yo. A no ser débil e ingenua.

Negro, hoy cubres toda mi vida, si puedo llamarla así. Hoy no existo, vago viendo a tantos adolescentes jugando con la muerte. Quisiera yo volver a sentir la calidez de mi cuerpo. ahora soy fría como un témpano. Ahora quiero yo correr, sentir el césped verde, el cielo azul, los atardeceres rojos, ver la vida del color de rosas, sentir aquel tinte amarillo cubrir poco a poco mi cabeza, quisiera yo ser la de antes. No quiero terminar así, viendo el dolor en tanto ojos delante de estas lápidas, y yo aquí observando la mía. Estaba tan llena de colores, que hablo de mi en pasado. Ahora el negro me ha inundado, sin separarse de mi. No se como pasó, pero mis sudaderas negras estaban cansadas de esconder cortes y cicatrices. Hasta que el peor día de mi vida, todo sucedió, no os contaré cómo, pero si por qué.
No supe valorar lo que tenía, una vida, no tenía amigos, ni una familia que me aceptase, pero tenía una vida, una vida entera por delante que disfrutar. Y no lo hice. Lo desperdicie todo. No era este mi final, pero lo comprendí demasiado tarde.
Fue la peor decisión de toda la que fue mi vida. Ahora tocar vivir mi muerte.
Para toda mente bien amueblada la muerte es la siguiente aventura, aprendí de mi libro favorito. Pero la mía no estaba ni si quiera amueblada, así que esto es una tortura.
Este fue mi destino.
Aprender que los colores son recuerdos y que el negro soy yo.

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